viernes, 24 de febrero de 2012

Arruin-arte

¿Colección de autógrafos de ñeros?
La copa está rebosada nuevamente con la cantidad de imágenes "artísticas" que he tenido que ver en lo que va del año. Estupor causó en mi amigo el puma la noticia de que se podría imponer una pena de hasta 40 años de prisión al policía implicado en el incidente maluco aquel del parásito grafitero al que fumigaron en el norte de la ciudad, tema al cual ya se hizo referencia en uno de nuestros capítulos anteriores. En ese orden de ideas la percepción para un ciudadano de bien viene a ser la misma de siempre: si al infractor lo agarran al día siguiente lo sueltan sin que nada le cueste la "gracia" que hizo, sin embargo, si el que reacciona no cuenta con suerte y pasa algo más allá de lo "admisible", el hampón resulta protegido por todas las garantías y el jodido es aquel que intentó recuperar el equilibrio de la situación.

¿Qué carajos dice ahí?
Como en tantas situaciones que se presentan en esta zoociedad importaculista, el problema es de los demás hasta cuando le toca a uno. Y no me refiero a que uno no sienta nada por el grafitero hasta que uno sea el que ande en esas. Esa posibilidad no se contempla entre gente de bien. Me refiero a la ligereza, a la laxitud con que  parte de la opinión pública se vuelca en contra del agente del orden, en contra de la autoridad que se supone está para velar por los intereses de esa zoociedad desagradecida que le apuesta como en pelea de gallos al que vaya ganando el caso sin medir las consecuencias.

Las desventajas de la casa esquinera
Me pregunto si con esa misma ligereza opinarían cuando el cáncer del mamarracho urbano, la plaga arruinadora de fachadas, esa caterva de insurrectos que no respetan la propiedad pública ni la privada, se fueran acercando con sus adefesios a su localidad... a su barrio... a su cuadra... a su calle... a la fachada del vecino y, finalmente, a la suya propia: "¡Donde yo hubiera visto a ese hijueputa dañándome la pared, lo acabo!". No se mienta y no me mienta, señor lector. Esta sería su reacción, no nos hagamos ahora los santos. Pero como no ha sido su fachada, ni la del vecino, ni siquiera han pasado por su calle, por eso está tan tranquilo, ¿no es así?. Yo supongo que sí. Y al nuevo alcalde sólo se le ocurre desarmar a la población civil (de bien), pero a estos hampones nada les hace.

Nuevo concepto en señales de tránsito
Semanas atrás leí que en la alcaldía se puso a alguien a trabajar en el tema, pasando por la discusión de siempre sobre la posibilidad de destinar algunas zonas (paredes) al ejercicio controlado de "tan noble arte", hecho al que los forajidos de siempre respondieron con dos piedras en cada mano argumentando que ellos podían hacer lo que les diera la gana en cualquier sitio de la ciudad. Y es que en verdad esa plaga anda alborotada desde que pasó lo que pasó en agosto.
Así que, para hacerle entrar en calor y que se vaya haciendo a la idea de cómo se verán las paredes de su barrio si no se hace algo serio al respecto de este problemita, le dejo con una nueva galería de estos "pobres artistas incomprendidos". Y si llego a ver a alguno en acción, educadamente le pediré que me deje su business card para ponerles en contacto por si necesitan alguna "mejora locativa" de esas que tan bien saben hacer, en favor de la valorización de los predios elegidos y de sus "afortunados" dueños. Mientras tanto, que no le pase a usted. Buenas noches.

NANFREDO

Otra del mismo gamín que se tiró la señal
Claro, seguro le darán un buen precio con esa cagada en el frente
Lavado, cambio de aceite, polichado y @#$%&!
Entre esto y mierda, poca diferencia
No, pues qué ternurita...
Y dale con los rayones sin sentido...
El colmo: según el dueño le "pidieron permiso".
Nótese el dominio del inglés: "foking"...
Al pobre dueño de esta esquinera, dudo que tantos hampones le hayan pedido permiso.
Veremos qué sucede cuando pinte la fachada de nuevo.